10 mayo 2011




El otro día acompañé a Cazos a buscar un paquete que le había enviado su madre con la insulina. Diabetes mellitus o de tipo uno, ¿sabes? Nos paramos en un parque a hacer fotos e inmediatamente mi nariz se taponó por culpa de esos maltitos algodoncillos que caen de los árboles. Eso me jode bastante, porque yo nunca he sido alérgica a nada y ahora soy alérgica hasta a las alergias. La gente nos miraba raro por estar haciendo fotos, pero creo que es porque en esta ciudad son un poco impresionables. Había un chico podando los árboles que era bastante guapo pero tenía unos tatuajes horribles, de esos tipo tribal y letras chinas… demasiado taleguero, no sé. Los rosales estaban maravillosamente bonitos. Pero luego nos tuvimos que ir porque la insulina necesita estar fría y esas cosas que se ponen para mantener el frío (esa especie de botellas de congelador rellenas de un líquido azul viscoso) se habían derretido ya. Cogimos un autobús y volvimos a casa. Las fotos, por supuesto, son estas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario